martes, 29 de abril de 2008

¿Vida moderna sin estrés ni ansiedad?

Una vida moderna sin sufrir el acecho de ciertas enfermedades es posible en algunas partes del mundo. Así lo aseguran varios científicos y antropólogos que han investigado hasta encontrar pueblos aislados de África donde el estrés y los padecimientos mentales parecen no haber existido nunca. “La vida en comunidad, en pequeños grupos como hace cinco mil años, la relación que tienen sus habitantes con la familia, los niños y el cuidado de la gente mayor son la clave de esta historia evolutiva que parece una reliquia y debería ser lo habitual en el mundo”, comenta el arqueólogo independiente francés Phillipe Louis Thierry. El especialista ha estado un año conviviendo con determinadas tribus y ha podido comprobar que “desde la infancia los niños son criados con conceptos claros, naturalmente despojados de prejuicios, en constante contacto con la naturaleza y entendiendo lo que es vivir en pequeños grupos en donde participan activamente de las labores cotidianas. No existe la competitividad, ni el egoísmo, ni los avances tecnológicos que son innecesarios y en la mayoría de las ocasiones resultan incompatibles con el desarrollo humano. Su ritmo de vida es regulado por el medio ambiente y su alimentación es natural. Todas estas características más los lazos fuertes que se generan entre sus miembros hacen que desconozcan lo que es el estrés, la anorexia y la depresión”, indica Thierry. Este estilo de vida, el único que conocen, ha llamado recientemente la atención de seis científicos españoles que han recorrido cincuenta mil kilómetros de África y han compartido los mismos conceptos. “Está claro que estos habitantes responden a las situaciones de exigencia de distinta manera que nosotros. No es que ellos no tengan problemas, al contrario. No es un factor genético sino una respuesta adaptativa diferente a la que conocemos”, explica Francisco Giner Abati, médico y arqueólogo español, catedrático de la Universidad de Salamanca, España, quien ha viajado a países como Egipto, Sudán, Etiopía, Kenia, Angola y Camerún para comprobar que “muchas tribus son un modelo de humanidad. Sus miembros viven con un alto grado de satisfacción emocional y están integrados completamente a su sociedad y entregados a una tierra que les da absolutamente todo lo que pretenden y necesitan”, continúa agregando. La realidad demuestra que las grandes sociedades pagan un alto precio por el progreso que trae aparejado enfermedades crónicas, degenerativas y mentales. “En las tribus que he visitado no existe la obesidad, ni el insomnio, ni la demencia. Al ser sociedades no industrializadas, no están sujetas a los mismos factores estresantes que padecemos nosotros, aunque tienen problemas que desencadenan frustraciones y preocupaciones como ocurre en las sociedades desarrolladas, pero tienen otros mecanismos y otros tiempos para afrontar los conflictos”, explica especialmente para www.enplenitud.com , Phillipe Thierry. La modalidad de vida de muchas de estas tribus es claramente un ejemplo en ciertos aspectos. “Hay tribus que saben muchísimo de medicina. El bosque es un arsenal terapéutico para las familias. La corteza del árbol protege contra la malaria, hay hojas que evitan las picaduras de mosquitos, hay hierbas para el dolor de estomago. Las gentes son atléticas. La comunicación y la vida comunitaria son básicas para la supervivencia”, comenta Giner Abati. El individualismo enfermizo que está presenta en las sociedades occidentales es, según Thierry el responsable de enfermedades culturales que no deberían por qué existir. “Aquellos que viven en pequeños grupos están protegidos de varias enfermedades de este siglo. Viven como hace cinco mil años lo cual no significa un retroceso ya que a nivel humano la evolución que han tenido es muy superior a la nuestra. No tienen televisión ni internet, pero el grado de comunicación que mantienen con la comunidad a la que pertenecen es envidiable y la armonía que se percibe es espectacular. Diría que estas tribus, más allá de algunos aspectos que naturalmente deberían ser modificados como temas de higiene, lo que se refiere a controles médicos e información sobre la gravísima plaga que es el HIV en este país, son clanes organizados, sociales, cooperantes, sanos y funcionan como una verdadera familia solidaria”, revela Thierry. Aunque el mundo actual ya parece haber tomado un rumbo difícil de torcer, no está de más saber que una vida sin enfermedades creadas por propio descuido pueden ser erradicadas del contexto diario. Seguramente, una vida sin obesidad, depresión, anorexia y estrés sería maravillosa. Cifras que podrían evitarse: - En México los trastornos de la alimentación son la segunda causa de muerte en adolescentes. - En Latinoamérica del 3 por ciento al 10 por ciento de las mujeres, padecen bulimia y anorexia. - 2.400 millones de personas, (un tercio de la población mundial) tiene problemas de peso. (Por exceso o déficit) - Un veintiséis por ciento de los estadounidenses mayores de 18 años padece algún tipo de trastorno mental. - Veinte millones de norteamericanos adultos sufre de depresión, trastorno bipolar o depresión grave. - Cuarenta millones de personas en Estados Unidos tiene o ha tenido ansiedad.