lunes, 4 de agosto de 2008

Las Comidas Horneadas y Las Dietas

Con el fin de mejorar la salud y el aspecto físico, muchos nos sometemos a estrictas y aburridas dietas. Sin carbohidratos, sin grasas, sin calorías y casi, casi sin rico sabor. ¿Hay alguna alternativa para quienes deseamos quemar grasas, vernos mejor y perder peso? Pues la respuesta es un rotundo SI. Mientras aprendemos a mejorar nuestros patrones de alimentación en las próximas semanas, aprendamos algunas cosas sobre los beneficios de las comidas horneadas para la salud y la silueta. Aunque no se conoce a ciencia cierta el origen de la técnica de asar los alimentos, es muy probable que fuera la primera forma de cocción del hombre primitivo. Aunque muy probablemente el hombre descubriera esta técnica por casualidad, no tardó mucho en aprender a dominar el fuego, a fabricar vasijas de cocción y a construir hornos de barro para mejorar aún más el proceso. Y esta costumbre, lejos de perderse, se ha reflotado en los últimos años en los que la gente conoce los peligros de la grasa corporal y el aumento de peso indiscriminado. Así, el horneado nos aleja de las peligrosas frituras y cumple un papel importante en la preparación de alimentos de quienes desean perder kilos y en las dietas vegetarianas. La textura de las comidas horneadas, así como el sabor y el aroma de estos alimentos resultan agradables a quienes desean variar su dieta. El sabor típico de las comidas al horno se produce por la pérdida de humedad de los ingredientes y el aumento de la densidad de los mismos, lo que acentúa al sabor y el aroma haciendo que nuestras comidas horneadas, además de ser sanas sean realmente apetitosas. Debido a la cocción al horno, se producen ciertos cambios en la cocción de los vegetales horneados debido a las transformaciones químicas de la capa superficial de los alimentos que se traducen en la producción de diversas sustancias de diversas texturas y olores. Pero para que estas propiedades no se echen a perder, es necesario hornear los alimentos hasta el punto justo. Para lograrlo, se deben tener en cuenta ciertos factores tales como la cantidad de agua utilizada en la preparación de la comida, la humedad y la temperatura del horno, la sequedad y dureza de la comida a hornear, y el tamaño de la porción o de las porciones. Tener en cuenta dichos factores ayudará a decidir el mejor tiempo de horneado para cada comida y si se la horneará toda junta o en trozos o porciones.. ¿Qué tiene que ver todo esto con las dietas? Hemos sido creados con la facultad de disfrutar de la vida a través del gusto y el olfato. La comida es capaz de darnos placer pero, las dietas estrictas, muchas veces tienden a quitarnos ese derecho. Por eso, las comidas horneadas nos alejan de las nocivas frituras y nos ayudan a recuperar el sabor de la comida sana.