martes, 27 de mayo de 2008

NO ESTOY DEMENTE , SOLO TENGO DEPRESION .....

La depresión podría ser una respuesta al stress ocasionado por enfermedades en pacientes predispuestos, o no, a deprimirse. Un número de reacciones emocionales referidas a patologías puede contribuir a desencadenar la depresión, además, las pérdidas objetales, inclusive aquellas que han sucedido antes del inicio de la enfermedad, pueden tornarse más problemáticas, precipitando una depresión en aquellos cuyos lazos emocionales se han debilitado por la enfermedad. Evidentemente, la depresión no solo responde a la enfermedad orgánica, sino que también la precede y la acompaña y, además, como se observa en el cuadro, ocupa casi cualquier posición posible en relación con ella. Dado que el médico centra su atención en la entidad orgánica, puede pasar por alto la detección de una depresión. Sin embargo, la depresión no sólo requiere tratamiento por su razón de ser, sino porque afecta desfavorablemente el curso y destino de la enfermedad somática. La depresión puede producir una exageración de los síntomas, aun los de un trastorno orgánico menor. Por ejemplo, los pacientes con trastornos gastrointestinales – con los cuales se asocia con frecuencia la depresión – pueden sentir mayor Dolor o náusea de lo que podría esperarse por la severidad de la patología. Un paciente que se encuentra deprimido también puede no responder al tratamiento, demorando la recuperación y la rehabilitación. Además los síntomas somáticos de depresión, como constipación, palpitaciones, crisis de vértigo, malestares yu náusea, pueden enmascarar y confundir el cuadro clínico. La incidencia de depresión en pacientes Clínicos y quirúrgicos es elevada, cualquiera que sea la entidad nosológica y su gravedad. Si bien en general los síntomas son somáticos o se expresan a través de los síntomas orgánicos de la enfermedad primaria, también están presentes síntomas psíquicos y emocionales: tristeza, llanto, evasión, pérdida del interés, enlentecimiento de las respuestas, temores infundados, y autoreproche. Se sabe que algunas medicaciones y enfermedades orgánicas pueden imitar o, directamente, generar una depresión. Pero incluso en presencia de tales patologías y fármacos, el médico no puede suspirar “diagnósticamente” aliviado; el carcinoma de páncreas puede simular una depresión, pero detrás de la enfermedad puede haber una depresión “genuina” o puede surgir a consecuencia de ella. Se confunden la interdigitación de la enfermedad orgánica y la depresión, y también confunde la enfermedad, al paciente y al médico. La claridad e integridad del diagnóstico depende de un cuidadoso interrogatorio y examen clínico y de un alto índice de sospecha. Los síntomas somáticos de la depresión no son “fantasías”, sino que se siente. La depresión es tanto un trastorno fisiológico como un trastorno psíquico. La mejor garantía para establecer un diagnóstico de depresión cuando los síntoma son fundamentalmente somáticos es el tener una mente intuitiva. La depresión podría ser una respuesta al estrés ocasionado por enfermedades en pacientes, predispuestos, o no a deprimirse.Un número de reacciones emocionales referidas a patologías puede contribuir a desencadenar una depresión, además las perdidas objetales, inclusive aquellas que han sucedido antes del inicio de la enfermedad, pueden tornarse mas problemáticas, precipitando una depresión en aquellos cuyos lazos emocionales se han debilitado por la enfermedad. Es evidente que la depresión no solo responde a la enfermedad orgánica, sino que también la precede y la acompaña y, además ocupa cualquier posición posible en relación con ella.